El acento del fútbol español
- Pablo Martínez Juberías

- Apr 29, 2020
- 2 min read
Nos estamos mal acostumbrando a decir adiós. Ni siquiera a poder hacerlo dignamente, como de verdad merecen aquellos que se nos van y necesitan hacerlo sus seres queridos. Está pasando en todo el mundo, en todos los sectores, incluido en el deporte.
El funeral de Michael Robinson no será una ceremonia como él la hubiera querido, junto a sus compañeros de profesión, amigos y allegados. No habrá nadie que pueda consolar a la familia, ni podrán recibir el cariño de tanta gente que le querían y admiraban. Tampoco habrá discursos contando anécdotas de un genio que se pasó estos últimos años narrando partidos e historias.
Los más afortunados han disfrutado del fenómeno completo. Futbolista, narrador, presentador y creador. Incluso apareció en las carátulas de los videojuegos más primerizos de fútbol o como muñeco de guiñol. Me pasa lo mismo que dije con Kobe Bryant: no conozco a casi nadie que haya hablado mal de Robinson. Un extranjero con acento peculiar triunfando en nuestro país.
Casualidades de la vida, en el mismo mes hemos perdido también a otro mito del fútbol español como es Radomir Antic. Patrón parecido al de Michael: enamoró a los atléticos especialmente con el balón en los pies y decidió quedarse aquí para ser el único entrenador que dirigió a los tres grandes de nuestro fútbol y posteriormente un analista de prestigio.

Nuestros dos españoles de adopción. Querían a España tanto o más que España les quería a ellos. A ambos por sus conocimientos e incalculable valor humano. Les une el coraje de querer romper estereotipos, de atreverse a ser las primeras voces que hablaban en español como nosotros solemos sonar con nuestro inglés de escuela pública, y aún así calar en el consumidor.
El mérito de ambos residía en lo que contaban, se entendiera mejor o peor. Es curioso que el español de Antic empeoraba con el paso del tiempo. Cada vez se trababa más, le costaba encontrar la palabra que expresara exactamente lo que tenía en mente. Por el contrario, Michael Robinson perfeccionó la manera de expresarse, aunque mantuviera el acento de siempre.
Encontró un estilo único y creó Informe Robinson, lo que podemos considerar una de las piezas por excelencia del periodismo y reportaje deportivo de la historia de la televisión. Historias intrépidas, interioridades, escenario para los temas, personajes o sucesos menos conocidos... Todo eso sin dejar de lado el rigor y el humor, y centrado en generar la mejor de las producciones audiovisuales posible.

Podría pasarme horas enumerando episodios. Sin embargo, si tuviera que salir a la calle a preguntarle a la gente por el capítulo por excelencia del programa, todos diríamos el mismo. Sí, ya sé que suena cómico juntar los términos 'gente' y 'calle' en los tiempos que corren. Y sí, se trataría de "Cuando Fuimos Campeones". No hay persona humana que no haya llorado viendo el documental de nuestras vidas.
Esas fueron lágrimas de alegría. Lamentablemente, las de ahora son de tristeza. Ha sido un placer, un 'bratzo' amigos.






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