El Eintracht conquista Barcelona y deja a la ‘Xavineta’ en la cuneta

Estos alemanes no tienen suficiente nunca. No les sirve con abarrotar Mallorca, especialmente en los meses de verano, y hacer que parezca una isla de su propiedad; ahora Barcelona les ha parecido otro buen destino para repetir operaciones. Les ha gustado la ciudad condal y el Camp Nou. Unos 25.000 espectadores han dejado la estampa más insólita vista en el feudo culé, todos vestidos de blanco y haciéndose escuchar más que los propios barcelonistas. Ni siquiera en los clásicos ha pasado algo igual.

Así ha empezado el choque, con intimidación en la grada, y ha continuado con un despliegue ofensivo maravilloso del equipo visitante, o eso decía el marcador. Muy efectivo el Eintracht en la primera parte, encontrando un penalti en los primeros compases del encuentro y el zapatazo de Santos Borré cuando más estaba insistiendo Dembelé en liderar al Barça y conseguir el empate.

Un golpe durísimo que ha dejado impotente a la ‘Xavineta’. El parachoques, con un boquete importante, que se hacía aún más profundo con la lesión de Pedri al descanso. Justo al inicio del segundo tiempo, los altavoces y el sistema de sonido han fallado por diez minutos, con la grada de animación vacía como queja hacia el club por la invasión alemana en el campo.

A pesar de los muchos impedimentos para volverse a poner en marcha, el Barça ha buscado seguir su camino para llegar al destino de las semifinales, por más dificultades que se cruzaran en el camino. Lo ha intentado con una ocasión que podría haber ayudado a reparar la avería. El Eintracht le ‘echó una mano’ en el área, pero era involuntaria. No acabó llegando la ayuda del mecánico, llamado VAR, después de estar esperando varios minutos a que se resolvieran los problemas de comunicación. Inciso: tiene narices que la norma diga que esa mano es involuntaria cuando es igual a la de ayer de Marcos Alonso sólo por estar en defensa. De hecho, si la continuación de la jugada hubiera acabado en gol a favor de los alemanes, no hubiera sido válido. Lo que viene a ser mano y no mano en la misma jugada...

Volviendo a lo que nos ocupa, el Eitracht tenía otro topetazo guardado para dejar totalmente K.O. al Barça. Tercer fallo de conducción defensiva y a partir de ahí parecía no haber nada más que hacer. Muchos coches pasando a escasos milímetros del vehículo dañado, a mucha velocidad y con mucho peligro. Veinticinco minutos de sufrimiento en los que ha sobrevivido a un posible desastre total.

Con tantas ocasiones en las que se les ha perdonado la vida, la ‘Xavienta’ y sus ocupantes han retomado de nuevo la marcha y, sorprendentemente, ésta ha manifestado una mejoría. Diez kilómetros extra en los que han visto cómo podían acercarse al objetivo, pero poco después esa ilusión se ha desvanecido. Primero, la mala suerte, con Busquets sacando el pie por la ventanilla lo justo como para que la aerodinámica se viera afectada, y finalmente, el tanque de gasolina. Se han quedado sin tiempo de arreglar su deterioro progresivo, hasta que ya ha sido demasiado tarde. Si se hubieran fijado antes... La resolución: siniestro total.

Este Barça venía sacando humo desde la semana pasada en el partido de ida en Frankfurt, seguido del susto ante el Levante, y se ha consumado la tragedia con la eliminación europea. En cuanto a la eliminatoria, es difícil plantearse tener que jugar casi dos partidos de visitante, a pesar de jugar en su casa en la vuelta... Sin embargo, el oportunismo y la insistencia teutona ha sido suficiente para ser muy superior a los azulgranas y merecedores de pasar de ronda.

Ya sólo queda La Liga, y se antoja complicada. Ahora el objetivo es volver al nivel que mostraron semanas atrás y esperar varios tropiezos del Real Madrid para cerrar una temporada que no sea del todo para el olvido. Ahora bien, el objetivo debería ser a largo plazo. La ‘Xavineta’ necesita reparaciones, poner el kilometraje a cero y demostrar que todo ha sido un accidente esporádico.