top of page

La estrella que más brilla

  • Writer: Pablo Martínez Juberías
    Pablo Martínez Juberías
  • Jun 27, 2020
  • 2 min read

Nada de esto tiene sentido. Cabía la posibilidad de que ocurriera, pero no dejamos de tener fe en que todo acabaría pronto, contigo de vuelta a casa, con el coraje de siempre. Han sido dos semanas duras, con momentos de tensión e ilusión por partes iguales. Sabíamos de tu esfuerzo y del sufrimiento que padecías. Nosotros hemos intentado hacernos los fuertes por ti y procesar por dentro la inmensa pena que nos inundaba al verte así. Tuviste la mejoría de la muerte, esa corta etapa en la que nos esperanzaste con una vuelta a tu estado de lucidez, bromas y cariño, hasta que no pudiste aguantar más y te fuiste, rápido y en paz.


Sólo hay una cosa que tenía que pasar, y me contradigo porque esto sí tiene sentido, todo el del mundo: nuestro último momento juntos fue viendo ganar a nuestro Real Madrid. Llegué al hospital minutos antes de que empezara el partido. Nos hacían falta tablet y WiFi para nuestra cita acompañados de enfermeros. Nos falló la conexión por un momento, pero volvió a funcionar justo a tiempo para no perdernos nada.


Tampoco es cierto del todo. A ti te costó mantenerte despierto en muchos momentos y a mi estar pendiente del balón cuando tosías. Además, me tocó salir de la habitación un par de veces para que te hicieran pruebas de todo tipo. Eso sí, no nos perdimos los goles. Los celebramos como siempre. Grito de guerra seco, ¡GOL!, y nos miramos sonrientes. Llegaste a comentar las jugadas. Tuviste que repetirlo unas cuantas veces hasta que logré descifrar lo que querías decirme porque ya casi no se te entendía. Dijiste que Vinicius iba a triunfar en el Madrid, y que ojalá se le reconozca a Ramos lo que ha sido para el club, una leyenda.


ree

Fue un partido más, de hecho uno insignificante en la historia, pero el de mayor importancia para mí. No quería dejarte ahí, y tú no quisiste que me fuera. Quisiste que te masajeara para destensar la musculatura y poder estirar las piernas mínimamente. Al medio tiempo también te escoraste en la cama ofreciéndome la espalda para que te la rascara. Mi frase: "Como te gusta, ¿eh? Vividor de por vida". Tú respuesta: "me lo he ganado".


Tenías toda la razón. Era todo merecido y por eso intentamos cumplir todas tus peticiones. Durante el partido también me ofreciste abrir una botella de champán que creías tener guardada en tu neverita. Yo quedé en traer una para el próximo partido. Perdóname por haber llegado tarde, me quedará siempre ese capricho por cumplir.


Me llevé una sonrisa al despedirnos, un "gracias míster", "te agradezco que hayas venido", un apretón de manos y un abrazo que atentaba contra todas las normas de distanciamiento social. Te sonreí de vuelta, te dije que había sido un placer, que te quería y que nos veríamos pronto para tomarnos una copa juntos posterior a sus correspondientes masajes y mimos. Por eso cada 26 de junio, da igual si juega el Madrid o si siquiera hay algún partido, yo abriré esa botella con un vaso para ti y otro para mí.


Salud, abuelo. Que descanses ahí arriba.

 
 
 

Comments


Post: Blog2_Post

(561) 331-9776

©2019 by About Tires & Balls. Proudly created with Wix.com

bottom of page