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"Orgullosos"... ¿de qué?

  • Writer: Pablo Martínez Juberías
    Pablo Martínez Juberías
  • Jan 13, 2022
  • 4 min read

He estado leyendo y escuchando las reacciones al Clásico de Arabia, el primero fuera del territorio nacional, casi sin polémica por los muchos derechos humanos que se cumplen en dicha sede. Tema apasionante que dejo aparcado para hacer su análisis otro día. Hoy toca centrarse en lo sucedido en el campo, lo cual no fue poco, para sorpresa de muchos.


Pocos esperaban que fuera un partido disputado, y nada más lejos de la realidad. El FC Barcelona pudo ser finalista de esta edición de la Supercopa, pero finalmente quien optará al título será el Real Madrid, tras 120 minutos de partido. Sin embargo, ha quedado una sensación de satisfacción en el bando culé algo inexplicable a mi parecer.


Tanto las palabras de Xavi, como las del resto de jugadores que salieron a dar declaraciones tras el partidos, como el sentimiento general del aficionado es bueno. El término que más se repitió en los micrófonos de la retransmisión fue el de orgullo: "Me siento orgulloso...", "hay que estar orgulloso...", etcétera.


Sí, es verdad que el Barça estuvo cerca de pasar, pero no lo hizo. Ni fue mejor que el rival, ese al que pintan como el equipo más en forma del fútbol español y todopoderoso. Los azulgranas intentaron ganar pero murieron ahogados llegando a la orilla ante un Real Madrid que jugó a ratos y con más pegada que autoridad. Esa es la pura realidad.


Ninguno fue dominador absoluto del partido, ya que ambos tuvieron rachas buenas de ocasiones, más que de juego, pero las sensaciones son muy diferentes. Las del Madrid, como un equipo que no pisó el acelerador hasta que no fuera necesario, y las del Barça, como la de aquellos que dan casi todo lo que pueden dar y aún así no es suficiente.


La sorpresa es que para ellos sí lo ha sido. Perder contra el eterno rival ahora es síntoma de orgullo. Ya no es solo caer derrotado en éste, es llevar cinco choques seguidos sin poder meterle mano. En marzo se cumplirán tres años sin ganar al Madrid, pandemia mediante, aunque eso no afecta al número de enfrentamientos que se tenían que disputar entre ambos conjuntos.


Más allá del enfrentamiento directo, significa seguir encadenando una racha miserable para la grandeza del club del que estamos hablando. De los 28 partidos oficiales que ha jugado esta temporada, el Barça solo ha ganado 11 de ellos. Con ésta, la octava derrota, solo un gol más a favor que en contra, sexto en Liga a 17 puntos del líder aunque con un partido por jugar, eliminado en fase de grupos de la Champions con sendas goleadas/humillaciones y ahora fuera de otra competición, aunque ésta sea menor.


Y para concluir, se mantiene una crisis estamental e institucional que se está convirtiendo en cómica. Problemas inmensos en lo económico con ventas necesarias de sus estrellas y rebajas forzosas de salario a muchos pesos pesados de la plantilla para poder salvarse, relevos por debajo del nivel que se le debe exigir a los jugadores de tal entidad y fichajes que parecen innecesarios, como puede ser el último de Ferran.


Se cuenta con Ansu Fati y Dembelé como las estrellas ofensivas del equipo, ambos extremos, y la posición del ex del Manchester City también es de banda. Alguno tendrá que quedarse fuera o ponerlo fuera de posición. Eso sin tener en cuenta las cifras. Ha salido casi tan caro ficharle y pagar su ficha como lo que hubiera sido renovar a Messi un año más, sin tener en cuenta que el argentino podría haber llegado a un acuerdo para una rebaja sustancial de su ficha para quedarse.


¿A qué clavo ardiendo se aferra el barcelonismo si ni siquiera les molesta caer en los Clásicos de esta temporada, seguir siendo un equipo vulnerable y mantener un estado deplorable en sus arcas? ¿A qué se sostienen para estar tan orgullosos?


Ellos creen que a la mejoría en el juego, a la recuperación de jugadores importantes... Puede, pero creo que se equivocan de palabra. En vez de orgullosos, tal vez podrían cambiarlo por esperanzados o con vistas a un futuro cercano prometedor. Porque realmente hay razones para pensarlo; pocos brotes verdes, pero los hay.


Los jóvenes están siendo el motor de este equipo a pesar de la inconsistencia en el juego de todos ellos simultáneamente por las lesiones. La vuelta de Pedri es más que una simple alegría teniendo en cuenta que además se va a juntar con otros dos chavalines que están rompiendo barreras a pasos agigantados. El trío que formarán el canario junto a Nico y Gavi pinta a habitual cada miércoles-domingo con el Barça (aunque podría ser jueves) y muy probablemente en los entretiempos con la selección.


Añadido a Araujo, para mi uno de los mejores y más completos centrales del mundo actualmente, y la perla Ansu, el club posee piezas para mirar hacia delante con opciones de crecimiento a coste cero en, por ahora, la mitad de su presumible once titular para las próximas temporadas a los mandos de un técnico que aunque no haya tenido muchas experiencia en los banquillos, la ha tenido en los terrenos de juego. Y otra cosa no, pero es indiscutible que de fútbol sabe.


¿Positivismo? De acuerdo. Hay razones para creer que la situación se podrá revertir, pero no hasta el punto de estar orgullosos, porque el FC Barcelona no se puede permitir celebrar logros pequeños.


 
 
 

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